Lactancia materna: cómo facilitarla.

 

La OMS recomienda dar de mamar mínimo hasta los dos años.

Muchas madres hoy día conocemos la importancia de dar el pecho a nuestros hijos. Sabemos que no sólo es el mejor alimento que podemos ofrecerle por su calidad, sino que además lo tenemos siempre a mano, siempre está a la temperatura idónea. Por no hablar del especial vínculo que se genera entre el bebé y la madre.

 

Fuente: imagen propia

 

Cuando nace nuestro bebé no tenemos mucha idea de cómo afrontar la lactancia, si no buscamos asesoramiento profesional o de otras madres. El contacto directo con otras madres que dan el pecho antes de que nazca nuestro bebé nos dará mayor seguridad a la hora de abordarlo solas en el hospital. Afortunadamente hay muchas matronas asesoras de lactancia en los hospitales, pero podemos vernos solas y sin ayuda en ese momento, por ello la importancia de llegar “con la lección aprendida. 

A veces, a pesar de haber recibido “lecciones de lactancia” y contar con profesionales que nos ayudan, a nuestro bebé le resulta muy complicada la lactancia, o nos duele, nos hace grietas, mastitis, perlas. Hay veces que en uno de los pechos se agarra bien pero en el otro no hay manera, o nos duele. A veces puede ser culpa de que su frenillo es demasiado corto y no le permite sacar la lengua de forma adecuada para mamar. Pero otras muchas veces no es por el frenillo, sino que el bebé tiene un exceso de tensión en los músculos de la base de la lengua y del cuello y esto hace que le resulte muy difícil ejercitar los movimientos adecuados para la succión. Antes de cortar el frenillo es recomendable que una osteópata pediátrica valore al bebé, a no ser que el acortamiento del frenillo sea muy evidente. Puede pasar que se le corte el frenillo y sigan los problemas. En ese caso es muy importante visitar al osteópata, ya que el problema muy probablemente no sea el frenillo. Si volvemos a cortar de nuevo es muy posible que la lactancia sea muy difícil a partir de entonces.

Normalmente el frenillo anterior tipo 1 y tipo 2 suelen necesitar frenotomía (cortar el frenillo), pero el posterior suele solucionarse con osteopatía. Cuando no esté demasiado claro es preferible primero un tratamiento osteopático. Muchas veces no hace falta nada más. 

Cuando la causa es la tensión muscular la lengua no suele elevarse cuando llora. Lo normal es que al llorar la lengua llegue al paladar. Si vemos que se queda abajo podemos hacer unos ejercicios que ayudan a ir elastificando esos músculos.

La visita al osteópata nos va a sacar de muchas dudas, y de paso una revisión posparto es lo más adecuado para que nuestro bebé se desarrolle plenamente, sin restricciones ni tensiones. 

Además, un buen agarre va a condicionar que el bebé no trague demasiado aire al succionar, lo que favorece los cólicos. 

Es muy recomendable que tu osteópata pediátrica vea a tu bebé lo más pronto posible. Es el mejor regalo que le puedes hacer a tu peque.

Helena Feijóo Salvador
Osteópata DO
mROE 741


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