Tanto en primavera como en otoño, es frecuente que nuestros peques sufran problemas respiratorios.
La cantidad de superficie que tenemos para respirar es superior a la cantidad de piel que hay en nuestro cuerpo. Esto hace que los pulmones sean más sensibles a las intoxicaciones.
La principal función de las estructuras óseas del tórax es proteger los pulmones de la presión atmosférica. Si no fuera por esta estructura los pulmones se aplastarían y no podríamos introducir el aire. Gracias a que la caja torácica mantiene la cavidad, el aire entra con facilidad en los pulmones.
Los pulmones no solamente tienen la función de aportar oxígeno a nuestro torrente sanguíneo y eliminar el CO2 al exterior. A través de los pulmones eliminamos otros tóxicos de nuestro organismo. Además, ayudan al equilibrio ácido-base en el medio interno. Si los pulmones no funcionan bien este equilibrio se altera, haciendo que seamos más propensos a las inflamaciones.
La forma de proteger la entrada de microorganismos patógenos en las vías respiratorias es mediante unos cilios y el moco. Normalmente tragamos unos 2l. de moco al día (adulto). Cuando hay un exceso de microorganismos y han logrado entrar muy adentro en las vías respiratorias aumentamos la secreción de moco. Los cilios llevan el moco hacia fuera de los pulmones. De forma que acabamos tragándonoslo. El moco es proteína, por eso es frecuente que un niño resfriado no tenga hambre. Porque puede llegar a tragar mucha cantidad de moco.
La tos nos ayuda a arrancar el moco que está más profundo y llevarlo al exterior. Por eso no es aconsejable dar antitusivos a niñ@s con problemas respiratorios que tengan mucosidad.
El humo del tabaco hace que estos cilios se vuelvan inmóviles, dificultando la salida del moco.
El volumen residual respiratorio es el que queda después de expulsar todo el aire que podemos. Ese volumen residual evita que nuestros pulmones colapsen y así podemos volver a inspirar. El volumen residual respiratorio se adquiere en las primeras respiraciones que realizamos al nacer. Si no realizamos unas primeras respiraciones profundas y no llenamos completamente nuestros pulmones al nacer, este volumen es inferior al deseado, repercutiendo en nuestra capacidad ventilatoria.
Llamamos BRONQUITIS cuando el bronquio se inflama y se llena de moco disminuyendo su calibre y dificultando la respiración.
Podemos escuchar un pitido durante la espiración. A veces también se puede escuchar un ronquido. Pude durar entre 10 – 14 días. Al inicio la tos que tienen es seca, pero luego pasa a ser productiva (con mocos). Es conveniente hidratar las vías respiratorias con baños de vapor, al que podemos añadir eucalipto o romero. Por las noches si hay mucha dificultad para respirar una cebolla partida por la mitad en la mesita de noche ayuda a que el peque abra sus vías respiratorias. La hidratación también es importante mediante líquidos.
Las BRONQUIOLITIS son la primera causa de hospitalización en bebés menores de 2 años.
Es una inflamación de los bronquiolos. Solo se le llama bronquiolitis al primer episodio agudo. Si aparecen episodios siguientes se les llama BRONQUITIS SIBILANTE, pero es lo mismo. Suelen ser víricos, por lo que el tratamiento está dirigido a potenciar el sistema inmune y a mejorar el drenaje del moco. Hay niños que durante sus primeros 4 años de vida tienen bronquiolitis sibilante. Durante los episodios de bronquiolitis también debemos tener mucha precaución para que no haya gente fumando cerca del peque, ya que el humo del tabaco hace que la luz del bronquiolo sea menor. Esto afecta directamente al caudal ventilatorio de ese bronquiolo.
A partir del tercer episodio la dificultad respiratoria se puede hacer más evidente. Podemos observar que el/la peque necesita hacer esfuerzos para sacar el aire de sus pulmones.
El ASMA se produce cuando tenemos sensibilidad al algún alérgeno aéreo. Hay un edema crónico (mientras se produce el contacto con el alérgeno) en la mucosa que tapiza los bronquios. Se considera que aparece el ASMA si a partir de 4 años sigue tendiendo broncoespasmos.
La LARINGOTRAQUEITIS se suele producir en menores de 2 años y durante el invierno. Suele ser un ataque de tos nocturna con sensación de ahogo. Es una inflamación de la tráquea y/ la laringe. Durante el ataque de tos podemos abrir la puerta de la nevera o la ventana de la calle y exponer al peque al frío en la cara. Esto hace que su tráquea/laringe aumente su diámetro. Es de vías altas, pero puede haber un esfuerzo respiratorio importante.
La NEUMONIA se produce cuando la inflamación es en el propio alveolo pulmonar, que es donde se produce el intercambio gaseoso. En estos casos el ruido es como una crepitación y se suele escuchar más durante la inspiración. El esfuerzo es mayor durante la inspiración.
Recordad que los síntomas como la tos, el moco o la fiebre son mecanismos de nuestro cuerpo para poder lidiar con la enfermedad. Los síntomas no son la enfermedad. Muchos de estos síntomas ayudan al cuerpo a la curación. La dificultad respiratoria es un síntoma que hay que controlar, ya que es la consecuencia de los anteriores. Intentaremos abrir el caudal respiratorio al máximo y ayudar a expulsar el moco. La cafeína y la teína son broncodilatadores.
ETAPAS DEL DESARROLLO DEL SISTEMA RESPIRATORIO:
Etapa embrionaria:
Aparece un brote pulmonar en la semana 4ª de gestación. A la 5ª semana de gestación se separa este divertículo pulmonar del intestino primitivo (originalmente están juntos). Entre la 5 y la 16 semanas se desarrollan casi todas las estructuras pulmonares, excepto los alveolos. Entre la semana 16 y 26 empiezan a vascularizarse las estructuras pulmonares. También hay un inicio de movimientos diafragmáticos que lo preparan para la respiración. Entre las semanas 22 y 26 aparecen células que permiten el intercambio gaseoso y células que liberan surfactante. A partir de la semana 26 aparecen los alveolos primitivos. El surfactante evitará que los alveolos colapsen al nacer. De esta forma la entrada de aire en los pulmones es más fácil. Se sigue desarrollando surfactante hasta la semana 34 – 36.
Los alveolos continúan reproduciéndose hasta los 8 – 10 años. El 95% de este desarrollo sucede entre la semana 37 de gestación y los 3 años.
TERAPIA:
Tenemos un tipo de tratamiento osteopático preventivo, en niños que son propensos a tener dificultades respiratorias; y un tratamiento osteopático de choque en los episodios agudos.
El tratamiento osteopático preventivo es básico en bebés que cursan con más de dos episodios de bronquitis. Tendremos muy vigilados estos peques hasta los 4 años, realizando tratamientos osteopáticos de prevención antes del inicio de la estación fría y durante la misma. De esta forma vamos a evitar que llegue a ser asmátic@.
En este tratamiento osteopático preventivo hemos de hacer una especial mención a los bebés prematuros. Aquellos bebés que han nacido antes de la semana 34 tienen mayor riesgo de sufrir problemas respiratorios. Esto es así porque tienen menos cantidad de alveolos, menos cantidad de surfactante y menos cantidad de capilares, de inicio. Esto dificultará que tengan una primera respiración completa. En casos de bebés prematuros hemos de iniciar el tratamiento preventivo ya desde el inicio de su vida. Esto les evitará futuros episodios pulmonares de repetición.
También en partos por cesárea o en partos rápidos la primera respiración se ve afectada y no es tan profunda como debería. En un parto vaginal hay una compresión de los pulmones mientras sufre las contracciones uterinas al paso por el canal del parto. Esto libera los pulmones del líquido amniótico y permite una mayor entrada de aire en ellos. A su vez, en un parto vaginal, se produce un aumento de adrenalina en el bebé que hace que sus bronquios se dilaten. Si el bebé nace por cesárea o el parto es muy rápido no hay tanta secreción de adrenalina.
Con el tratamiento de osteopatía preventivo conseguimos dar mayor capacidad ventilatoria a nuestros pulmones. Mejoramos el drenaje y la vascularización en el parénquima pulmonar. Con ello conseguimos que la saturación de oxígeno de nuestros peques sea óptima y evitamos un desequilibrio ácido-base que favorece la inflamación y con ellos las recidivas.
El tratamiento de choque está dirigida a recuperar el nivel fisiológico anterior al episodio, para evitar recidivas en 2 – 3 semanas. Se realizará de forma frecuente hasta que desaparezca el episodio.
Con el tratamiento de osteopatía de choque también vamos a conseguir dar una mayor capacidad a nuestros pulmones para mejorar la ventilación. Estará dirigido a facilitar la expulsión del moco, a mejorar el drenaje y la vascularidad del parénquima pulmonar, a equilibrar el SNA y a mejorar la capacidad inmunológica de nuestr@s hij@s.
Algunos episodios de dificultad respiratoria pueden estar asociados a estrés o ansiedad. Tendremos que valorar el estado del SNA (Sistema Nervioso Autónomo) y equilibrarlo.
El tratamiento osteopático de las afecciones respiratorias permite prevenir en aquellos peques que sean más propensos, ya sea por las condiciones de su nacimiento o por haber tenido más de dos episodios de bronquiolitis / bronquitis. En los episodios agudos ayudamos a que remita mucho antes y a que la función y la capacidad pulmonar sean las mismas que antes del episodio. De manera que estamos ayudando a prevenir futuros episodios o episodios repetitivos en un corto espacio de tiempo.
Si tienes cualquier duda, contacta conmigo.
Helena.
Osteópata Pediátrica
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