Es frecuente que profesionales que trabajan con bebés aconsejen a las mamás y papás que pongan al bebé boca abajo para que coja fuerza en el cuello. Voy a tratar de explicar porqué no es una buena idea.
El bebé tiene que pasar por diferentes etapas a lo largo de su desarrollo. En cada una de estas etapas va adquiriendo nuevas habilidades que le permiten desarrollar su propiocepción, su coordinación y su fuerza a nivel motor.
La primera etapa de su desarrollo transcurre en decúbito supino (boca arriba). En esta posición puede llevarse sus manos a la boca para descubrirlas, luego se llevará sus pies para reconocerlos y cualquier cosa que coja con las manos acabará en su boca. Esta es la manera que tiene de reconocer ese objeto que tiene en su mano. En esta posición puede empezar a fortalecer su cuello haciendo rotaciones laterales. Esto le supone un esfuerzo aceptable para su edad.
Al principio la musculatura de la cabeza no puede sujetarle su cabeza si estar en posición vertical, y mucho menos en decúbito prono (boca abajo). O al menos no debería poder mantener su cabeza erguida en estas posiciones. Si lo hace su musculatura no está fuerte, está contracturada (excesivamente tensa). Debemos tratarlo para que la relaje y su desarrollo sea el adecuado.
Al estar boca arriba el bebé poco a poco va adquiriendo más tono muscular en los músculos de su cuello. Inicialmente gira la cabeza desde el centro hacia un lado, luego desde el centro hacia el otro lado. Más adelante girará completamente la cabeza de lado a lado y también de arriba abajo (para ver quien tiene detrás o que hay en sus pies). Esto lo puede hacer mientras está boca arriba. Estos movimientos le ayudan a coordinar su vista (que también la está empezando a enfocar) y su audición con la posición de su cabeza, generando una correcta propiocepción de la musculatura suboccipital que le permitirá luego colocar su cabeza en una posición idónea cuando se ponga de pie.
Más adelante llegará un momento que mientras está en el suelo se dará la vuelta y pasará de boca arriba a boca abajo. Esta nueva posición la adquiere cuando su musculatura está preparada y la coordinación de esta musculatura suboccipital (parte superior del cuello) con sus ojos y oídos es la adecuada. De este modo al colocarse boca abajo cambia la percepción de su espacio, pero puede tener una correcta integración de la postura de su cabeza con respecto a su entorno, ya que la acomodación de la musculatura no ha sido forzada.
A su vez, el paso de boca abajo a 4 patas supone un cambio en la colocación de su cabeza y en la propiocepción, ya que nuevamente cambia la percepción de su entorno. Lo ve desde otra perspectiva. Al pasar de 4 patas a la postura en bipedestación (de pie), vuelve de nuevo a cambiar esta percepción. Aquí se coordina de nuevo la posición de la cabeza con lo que perciben los ojos y los oídos.
Si forzamos o alteramos alguna de estas posturas adelantándolas a la etapa que le corresponde lo que conseguiremos es que el bebé altere su propiocepción.
La relación entre la posición de su cabeza respecto a su mirada y a lo que escucha no será la adecuada. Esto puede alterar la correcta visión, cuando sea más mayor, una correcta audición y/o una postura adecuada. Puede que su cabeza se coloque de forma poco ergonómica para mantener una adecuada posición ocular y/o auditiva. Al estar su cabeza colocada de forma poco ergonómica el resto de su columna y su cuerpo en general se acomodarán a esta posición incorrecta alterando su postura. Además le supone un esfuerzo que aún no es capaz de realizar, porque no está preparad@.
Si colocamos al bebé boca abajo antes de que él/ella mism@ sea capaz de voltear lo único que hará el bebé es estresarse y alterar su postura. El bebé debe seguir su desarrollo a su ritmo. Controlaremos que evolucione correctamente dentro de unos parámetros de desarrollo normales, sin estresarle. Si es un bebé sano y le damos la opción empezará a voltear cuando esté preparad@. Potenciaremos que el bebé empiece a voltear si lo dejamos en el suelo. En el suelo puede voltear sin que caiga de ningún lugar. Le podemos poner una manta o algún tipo de espuma, que no sea demasiado blandita. Para voltear necesita empezar a coordinar un brazo y la pierna del mismo lado. Debemos estar atent@s a que voltee hacia ambos lados. De este modo coordina las extremidades de ambos lados, ya a la vez ambos ojos y oídos con la posición de su cabeza.
Si tenemos cualquier duda sobre el desarrollo de nuestro bebé debemos acudir a un especialista en desarrollo infantil. L@s pediatras no siempre están bien informados sobre este tema. L@s médicos pediatras se preocupan de otros aspectos también muy importantes de nuestro bebé, pero no tienen porqué saber de todos los campos que conciernen a los peques.
Si tienes cualquier duda, contacta conmigo.
Helena.
Osteópata Pediátrica
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