Cuando llega nuestro bebé al mundo de repente toda nuestra vida cambia: cólicos del lactante.
Puede ser que nuestro pequeño no sufra cólicos y tengamos la mayoría de tarde-noches tranquilas y apacibles, o puede que nuestro bebé sufra y por ello tenga un llanto desgarrador que no se calma con nada. Normalmente suele aparecer a partir de la 3-4 semana después de nacer. Antes el bebé necesita recuperarse del parto, ya que para él es un proceso muy duro. Aunque sea por cesárea, el parto implica mucho esfuerzo y gasto energético.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/familia/bebe/2018/07/14/fuera-anis-estrellado-colicos-166260.html
A partir de la 3-4 semanas ya se va recuperando de este gran esfuerzo y empieza a percatarse de las molestias que tiene en su cuerpo. Los cólicos pueden ser debidos a problemas digestivos (mala absorción de la leche, intolerancias, dificultad para eliminar gases o las heces, baja motilidad intestinal) o también pueden ser por dolores de cabeza (J. Carreiro An Osteopathic Approach to Children). Su cráneo recibe mucha presión al pasar por el canal del parto. Si además ha tenido algún problema que le haya dificultado el paso por el canal o han ayudado a la extracción con fórceps o ventosa (kiwi) la presión que recibe el cráneo se multiplica. Si hemos necesitado oxitocina las contracciones uterinas no son fisiológicas, son más fuertes de lo que deberían; esto genera mayor presión en el cráneo. También en el parto por cesárea al cogerlo por la cabeza hay una gran compresión para poderlo sacar.
El bebé expresa con su llanto que algo va mal y que no es capaz de calmarse ni con la comida, ni con la seguridad de que le sostenga su madre, ni cambiándole el pañal… no hay nada que le consuele. Este llanto es muy característico, ya que se nota que lo está pasando mal y que hay algo que le molesta. Esto pasa en la mayoría de bebés con cólicos, sin embargo, hay otros que simplemente se quejan. Se pasan la tarde y la noche quejándose, tampoco hay manera de consolarlos, pero no llegan a llorar, sino que se quejan todo el tiempo. Esto también nos indica que algo sucede.
El llanto de un bebé antes de los 3 meses indica que tiene hambre, sueño, miedo o que algo le molesta o le duele. Debemos atender el llanto siempre e intentar solucionarlo.
Si estamos ante un caso de cólico la Osteópata pediátrica nos ayudará a saber cuál es la procedencia del cólico y a solucionarlo. Tanto si su origen es digestivo como craneal la ayuda de la osteópata pediátrica es imprescindible para solucionar el problema. La mayoría de bebés pueden empezar a gestionar mejor las tensiones a los 3 meses, y por eso muchos de los cólicos desaparecen a esta edad. Esto no quiere decir que las presiones internas generadas por el parto hayan desaparecido. Es muy importante que el bebé se encuentre cómodo desde el principio. No debemos esperar, sobre todo porque le evitamos meses de sufrimiento, que para él son muy importantes. También porque si no tiene dolor ni tensiones puede empezar su desarrollo plenamente, sin obstáculos. Además, porque cuanto antes liberemos esa tensión, más fácil resulta.
No permitas que tu peque empiece su vida con dolor y sufrimiento. Hazle la vida fácil y relajada. Llévalo a la osteópata pediátrica al poco de nacer.
Helena Feijóo Salvador
Osteópata DO
mROE 741